Irlanda, 1979. Frank y Gerard, dos jóvenes terroristas, son detenidos y juzgados. Frank es condenado a cadena perpetua y, Gerard, a doce años. Ellos y trescientos compañeros, se niegan a vestir el uniforme reglamentario porque se consideran prisioneros de guerra. Tras algunos enfrentamientos se llega a un acuerdo: los terroristas, tal y como pedían, podrán vestir ropa de calle. Pero el Gobierno concede también ese privilegio a los presos comunes; así que renace el conflicto. La película se basa en hechos reales.